Las huertas urbanas familiares generaron un impacto muy positivo en la comunidad educativa de la Institución Misael Pastrana Borrero. Favorecieron valores como el trabajo en equipo, la responsabilidad y el cuidado ambiental. Además, ayudaron a mejorar la alimentación gracias al consumo de productos frescos y naturales, e incentivaron prácticas sostenibles como el compostaje, el reciclaje y el uso de abonos orgánicos.
El proyecto también fortaleció la convivencia familiar, rescató saberes tradicionales y aumentó el sentido de pertenencia hacia la escuela y la comunidad. Se demostró que es posible cultivar en espacios pequeños como patios, balcones o contenedores, lo que confirma que la agricultura urbana es una estrategia viable para mejorar la calidad de vida, promover la seguridad alimentaria y cuidar el planeta desde el hogar y la escuela.
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